16/11/2011. Valladolid

La secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, presidió la sesión plenaria del profesor Yunnus sobre la creación de asociaciones y empresas sociales que aceleren el fin de la pobreza.

¿Por qué hay que tener empresas para ganar dinero y no para resolver problemas? Con esta pregunta el creador de Grameen Bank plasmaba la filosofía de lo que viene a llamar “Empresas sociales”.  “Yo no poseo ni una acción de ninguna de las empresas que he creado,  y son muchas. Sólo lo hice para resolver problemas y no para ganar dinero”, añadía.

Esta fue la propuesta de profesor Yunnus en una de las  mesas plenarias del segundo día de la Cumbre. La creación de empresas sociales, cuyo beneficio esté plasmado no tanto en su balance de cuentas como en su capacidad para resolver problemas en los lugares allá donde más necesitan ser resueltos.

En su explicación, Yunnus puso como ejemplo media docena de iniciativas, puestas en marcha en su Bangladesh natal, que nacieron para resolver una deficiencia y se convirtieron en prósperas empresas a nivel nacional. Es el caso de un negocio de venta de semillas, puesto en marcha por Grameen Bank para resolver un problema de ceguera nocturna en los niños, provocada por la falta de ingesta de vitaminas, y que no sólo consiguió extender el consumo de vegetales en el país, sino que ha logrado posicionarse entre las empresas con mayores ventas del sector en todo el país.

Otro caso es el de los Infiernillos (hornos de eléctricos de cocina), diseñados para sustituir las cocinas tradicionales, altamente contaminantes y causantes de enfermedades respiratorias. Puestas al mercado a precio muy bajo y que contribuyen además a reducir el consumo de madera y por consiguiente la deforestación. O la de los sistemas de energía solar para el suministro a hogares rurales, que está a punto de llegar al millón de ventas…

Casos que Muhammad Yunnus utilizó para ilustrar la posibilidad de cambiar el panorama de la economía mundial a través de una reestructuración del sistema, enfocado a crear empresas con un objetivo social, que no deja de ser una continuación del trabajo que hacen los microcréditos. “yo siempre digo que cuando hago empresas sociales no estoy dejando de hacer microfinanzas”. “Cada problema me impulsa por instinto a crear un negocio para resolverlo”.

Un banco de patentes para los pobres

Antes de finalizar su  ponencia Yunnus quiso destacar dos propuestas más. La creación de un banco de patentes universal, abierto a todo el mundo y del que se puedan aprovechar los países más pobres. “Hay muchas empresas que tiene sus patentes en desuso y olvidadas, ese es un conocimiento que se está desperdiciando”. “muchas de ellas están de acuerdo en ceder gratuitamente estas patentes, siempre y cuando sea para la creación de empresas solidarias”. De esta forma, Yunnus alega que se puede crear una especia de “banco de patentes para los pobres”.

La otra idea bien a completar su interés por dichas empresas y es la necesidad de que las Instituciones Microfinancieras colaboren activamente con grandes empresas y corporaciones, para aprovechar su fuerza y potenciar su programa social y llegar al mayor número de gente. El ejemplo más pertinente vino dado por la alianza de Grameen Bank y la Corporación Danone para la creación de un producto altamente nutricional y sin beneficios, con los que poder llegar a la base de la pirámide social en Bangladesh. Esta caso y cómo se desarrollo la alianza fue la base de la intervención de Frank Riboud, Presidente y director del grupo Danone.

No hay resultados económicos sin resultados sociales

En la línea de las iniciativas sociales para acelerar el fin de la pobreza, Frank Riboud expuso en la plenaria el caso de Danone Community,  y de cómo una reunión con Yunnus en Paris puso los cimientos para la creación de esta institución dedicada exclusivamente a lanzar negocios sociales que resuelven problemas nutricionales allá donde se necesita.

Pero antes de llegar a ese punto, el presidente de Danone explicó el proyecto que les unió con Yunnus, la creación de un producto que aglutinara todos los aportes nutricionales necesario para contribuir a mejorar la salud de los más pobres en Bangladesh. La clave era que Danone no obtendría ningún beneficio económico por ello. “Yunnus me dijo, vamos a hacer este productos pero no va a tener beneficio económico, y yo respondí que sí”. Así se creó Grameen Danone, para aportar salud con sus alimentos al máximo número de personas a un precio asequible.

Riboud se plantea de la misma forma las dificultades que supone de inicio la controversia de tener un programa social y que tu empresa esté sostenida por accionistas. “Los beneficios son necesarios, sobre todo para cubrir los gastos y garantizar el retorno a los accionistas, que son los dueños”. Para consolidar Danone Community, Riboud dice que tuvo que pasar por la aprobación de los accionistas y Yunnus se convirtió en la mejor marca para convencerlos. “Al fin y al cabo, estaba pidiendo a mis accionistas que pusieran su dinero para ello y su respuesta fue de un 99 % sí”.

La conclusión de Riboud tras esta experiencia es que desde una gran corporación como Danone se puede hacer cosas para cambiar el mundo. “queremos que se mida nuestros resultados, no por los índices que demuestren que se ha mejorado la salud de las personas, sino aquellos que dicen que se ha reducido la pobreza”.

La realidad socioeconómica de España necesita que las microfinanzas se expandan

El último ponente de la mesa fue Alberto López Martínez, director general de MicroBank, filial de La Caixa, que quiso poner de manifiesto cómo el trabajo de su institución está ayudando a fortalecer un sector que empezó bajo iniciativa de las Cajas de Ahorros. “Los altos costes y la ausencia de garantías son circunstancias que han frenado a los bancos a dar microcréditos”. “A través de MicroBank hemos facilitado el acceso a crédito de aquellas personas que si bien no están excluidas financieramente si tienen muchas dificultades para conseguir financiación”.

López dio algunas cifras como los más de 123345 créditos otorgados por MicroBank para un total de 770 millones de euros, o los más de 4000 proyectos que han ayudado a poner en marcha o fortalecer.

También destacó como muy importante las alianzas que mantiene las institución con el Fondo Europeo de Inversiones y el Banco de Desarrollo del Consejo de Europa, organismos que ayudan a asumir el riesgo de crédito y mejoran la capacidad financiera de MicroBank.