La Fundación FIDE abre un nuevo espacio en su página web para publicar, cada 15 días, esta sección destinada a una información actualizada sobre las principales características de la educación ambiental, desde una perspectiva global hasta una más local. Esta acción forma parte del Curso On Line para jóvenes formador@s sobre medio ambiente y desarrollo.
Sara Velásquez
Sara Velásquez forma parte del equipo de profesores/as del curso on line sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que la Fundación FIDE lleva a cabo con el apoyo de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha. Esta joven profesional es licenciada en Ciencias Ambientales en la Universidad Complutense de Madrid y estudió un Máster en Planificación Integrada del Desarrollo Rural y los Recursos Naturales en el Instituto Agronómico del Mediterráneo y Universidad de Lleida.
A través de la siguiente entrevista, Velásquez detalla la situación actual sobre la respuesta global que están dando los países y las personas ante la deuda con el planeta tierra, además explica los diferentes aspectos de la educación ambiental, sus formas y su afán de reivindicar que todo lo social afecta a lo ecológico.
1.- Tenemos una deuda muy grande con el medio ambiente. ¿Qué respuesta global estamos dando?
Por respuesta global entendemos todo el conjunto de mecanismos, movimientos y formas de pensar y relacionarse que surgen a raíz de la percepción del problema ambiental, después de muchos años de su negación u ocultación. A partir de que éste se hace evidente no sólo en el ámbito natural sino también socioeconómico, se inician los mecanismos de publicidad y de sensibilización de gobiernos y población en general: antes de actuar, hay que explicar por qué es necesario y justificar así las intervenciones y los sacrificios que ellas impliquen para la población.
Se trata de un abanico muy amplio de formas de revertir la situación, según los intereses de cada actor, sus recursos disponibles y el cambio al que quieren llegar (superficial o profundo): acuerdos internacionales entre países, cuotas máximas de explotación de recursos no renovables, implantación de sistemas de ahorro y eficiencia de la energía, programas de educación ambiental, conservación de espacios de valor ecológico y restauración de zonas degradadas o contaminadas, etc.
2.- ¿Qué compromiso están adquiriendo los gobiernos, la sociedad civil?
Cada vez más efectivo y real, menos de papel, pero siguen siendo actuaciones muy influenciadas por el interés económico: el PIB es el indicador más utilizado de desarrollo en la actualidad. Sin embargo, es el aumento del peso y la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones y proyectos lo que tiene mayor relevancia: ya sea porque los gobiernos van cediendo poder o porque las personas se organizan de forma alternativa e independiente a las políticas y los espacios públicos, para responder a las necesidades no cubiertas o obstaculizadas por los Estados.
La dinámica oficial es la siguiente: los gobiernos se comprometen a aumentar su control medioambiental sobre la producción y a realizar un mayor esfuerzo en gasto y propuestas sostenibles (movidos por el aumento de las exigencias de los votantes, cada vez más concienciados de la situación), y la población acepta estas nuevas estrategias de forma cada vez más voluntaria y menos condicionada por evitar un castigo o conseguir un premio.
3.- Concretamente, ¿Qué respuesta está dando Europa?
Dentro del contexto gubernamental, la Unión Europea es uno de los mayores promotores de las iniciativas medioambientales. Su principal compromiso radica en el hecho de interiorizar la visión de respeto ambiental en la mayoría de sus políticas y proyectos, de forma transversal.
Las principales propuestas se centran en promover el uso de energías renovables (eólica, solar y de biomasa) por encima de los combustibles fósiles, la instalación de sistemas de bajo consumo de recursos (vehículos, electrodomésticos, arquitectura, etc), la mejora del ferrocarril por encima del transporte de carretera, la creación de una red de espacios protegidos e interconectados (Red Natura 2000) que ocupe más del 12% del territorio, la adaptación de la producción al Cambio Climático (consumo de agua, reforestaciones, control de la emisión de CO2, etc).
Todo esto se realiza a través de normativas que limitan aquellas actuaciones no deseables y subvencionan las que sí lo cumplan. Para conseguirlo, la UE ha desarrollado un gigantesco programa de publicidad ambiental en todos los niveles administrativos y, sobretodo, a través de campañas de difusión (no directamente, sino a través de las instituciones de los distintos países miembros y el financiamiento de proyectos innovadores y educativos).
4.- ¿Qué actuación está teniendo España y Castilla La Mancha?
Una copia con retardo de las iniciativas europeas, añadiendo la importancia del clima mediterráneo y el espacio rural en nuestro país: fomento de energías renovables (siendo el primero en Europa en eólica y con un potencial solar enorme en desarrollo a partir de la nueva Ley de Edificación con placas obligatorias), eficiencia hídrica en las redes de canalización y los sistemas de regadío, declaración de espacios protegidos (aunque no todos tienen una protección real), que ocupan más del 20% del país, Ley de Desrrollo Rural Sostenible, etc.
Además, cabe destacar la presencia de muchos colectivos sociales que surgen de forma esporádica como reflejo del aumento de importancia de la cuestión ambiental en nuestro país, y también en regiones como Castilla-La Mancha sin una tradición muy marcada. Ejemplos de experiencias de agroecología, grupos de consumo responsable, sensibilizacion de asociaciones y ong’s con una visión distinta a la institucional, etc
5.- Hablemos un poco de los mercados ecológicos. ¿Qué son?
Se basan en productos que garanticen unas condiciones de respeto al medio ambiente en cuanto al proceso de producción y transformación: no utilizar fertilizantes químicos que contaminan y dañan la biodiversidad de la zona, no utilizar embalajes innecesarios, no generar un exceso de residuos o gastos energéticos altos en el transporte, entre otros.
Hay una escala de “requisitos” desde aquellos productos que sólo venden la publicidad de lo “bio” (y que forman el “pseudomercado” verde oportunista) hasta aquellos que pretenden un cambio de estructura de producción-consumo mucho más profunda: grupos de consumo colectivo y distribución, mercados locales, redes de intercambios cercanos, etc.
En esta alternativa la concienciación de las personas sobre la responsabilidad de su elección al consumir también es un factor clave y la educación ambiental no formal es el comienzo de todo el camino a recorrer.
6.- ¿Qué aporte dan el comercio justo y el consumo responsable a la sociedad actual?
Se trata de un tipo de organización con participación más directa y sencilla, que se manifiesta en el cambio de las relaciones socio ambientales: con la naturaleza pero también con los trabajadores de otras sociedades.
Esta modalidad de mercado pretende, además, contrarrestar el gran peso de las empresas multinacionales y los monopolios de la economía, favoreciendo tanto a las pequeñas empresas familiares y cooperativas como al consumidor: se reducen los intermediarios y se premia a los productores artesanales. La idea de reconducir nuestro consumo a lo que realmente necesitamos, no todo lo que nos diga la publicidad, así como a productos de calidad más duraderos y saludables. Demuestra que se puede producir de otra forma, más independiente y con unos valores éticos como base, que quedan insertos en la sociedad y su solidaridad con el resto.
7.- Se habla de una serie de propuestas desde los países del sur..¿De qué se trata?. Nos puede dar un ejemplo?
El origen de la preocupación por el tema medioambiental se asocia con los países “más desarrollados” del Norte como reflejo de su mejor nivel educativo y recursos disponibles. Sin embargo, y aunque se han intentado imponer sus mecanismos en el Sur, se está demostrando que no sólo no funcionan o empeoran la situación allí, sino que los pueblos de estos países ya poseían en el pasado otra visión de relacionarse con la naturaleza, mucho más integrada.
Actualmente existe un movimiento de revaloración de sus culturas y de creación de alternativas propias y adaptadas a sus características y necesidades. El auge de la estructura cooperativa, para todo tipo de actividades, es un enfoque clásico que utiliza la unión y el intercambio de todo tipo de información, técnicas y recursos para aumentar la fuerza del grupo.
Ante la agresividad de la globalización económica, muchas personas de estos países del Sur están desarrollando un proyecto conjunto de autoabastecimiento local, a través de una producción agrícola (y de otros sectores) de pequeña escala que garantice la satisfacción de sus necesidades básicas, primero, y la venta exterior después. Es una novedad al intentar unirlo, además, con una mejora de las estructuras sociales entre los participantes y el medio que no sólo explotan, sino que cuidan. Es la conocida Soberanía Alimentaria.
8.- ¿Cuál es la importancia de la participación social?
Se trata de uno de los principios que se intentan transmitir a través de la Educación ambiental: pasar de ser meros receptores del mensaje o limitarse a cumplir las leyes vigentes, a contribuir a su elaboración y realizar una crítica constructiva constante.
Dado que los ciudadanos no somos un pasivo de los políticos y grandes empresarios, sino que somos la estructura que compone la sociedad, debemos actuar como tal.
En el caso medioambiental, queda demostrado que cada cual debe cuidar del medio que le rodea, no sólo invertir en las grandes selvas mundiales. Todo ambiente es valioso y necesita de cuantos más ojos de vigilancia y ayuda, mejor, para su óptimo mantenimiento. De ahí el éxito de proyectos de redes de gestión conjunta de recursos (ríos, bosques, pastos, cultivos…) y del concepto de “piensa globalmente, actúa localmente”.
9.- Podría darnos algún ejemplo de una respuesta global positiva?
Un ejemplo muy claro de actuación local pero de efecto global es la formación de redes como “La Via Campesina”, que con una inspiración en la Soberanía Alimentaria de las sociedades del Sur, se ha extendido y está formada por comités de todo el mundo (de los dos hemisferios) para reivindicar la revalorización del “campo”, sus habitantes y sus recursos naturales. Podemos encontrar en ella agricultores ecológicos de países ricos (en PIB), cooperativas de campesinos, movimientos sociales y ecologistas, etc luchando por una causa común y un modelo más justo para todos.
10.- Si lo desea, puede agregar algo más.
Simplemente destacar cómo la Educación Ambiental se va encajando en todos estos aspectos, sus múltiples formas y su afán incansable de reivindicar que todo lo social afecta a lo ecológico y viceversa.
No podemos aspirar a un cambio de la crisis ambiental de raíz sólo actuando en las consecuencias: limpiar un rio contaminado o salvar una especie en peligro de extinción son medidas de último momento, mientras que evitar que se viertan residuos o se destruyan indiscriminadamente bosques para cultivar combustible despilfarrado supone una actuación preventiva y eficaz. Y dependerá del poder de nuestro mensaje y de cómo utilicemos esta herramienta.
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