Proyecto de emergencia para la rehabilitación urgente de pequeñas unidades productivas afectadas por la sequía en la zona noroccidental de Honduras
El proyecto ha conseguido que 453 familias hayan aumentado la producción y mejorado sus cosechas. Esto se ha traducido en una mejora de la seguridad alimentaria y abrió la posibilidad del uso, previa selección, de las semillas. La mejora de la seguridad alimentaria ha contribuido a la mejora de las condiciones de vida de las familias participantes y les ha provisto de una fuente de ingresos adicional proveniente de la venta del excedente de la producción.
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Honduras ha
estado sometida a duras situaciones de cambios climáticos en las que se han
alternado ciclos de inundaciones y sequías. Los resultados han sido desastrosos
en términos de deterioro de la capacidad productiva de las unidades familiares
afectándose la producción de alimentos y por ende la seguridad alimentaría al
faltar alimentos, disminuir los ingresos y reducirse los empleos.
El fenómeno climático afecta a toda la familia siendo
el sector más vulnerable las mujeres y los niños(as). Cifras del PMA indican
que la población afectada por la sequía en los departamentos de la Santa Bárbara y
Cortes tenía un porcentaje de desnutrición mayor que el promedio nacional de
50.7%.
Este escenario de
vulnerabilidad ambiental y social se veía aún más afectado por la crisis en los
precios del café en los últimos tres años, llegando en el 2001 a su nivel más bajo en
el que no se recuperan los costos de producción. Se
estaban produciendo graves problemas en el abastecimiento de granos básicos y
otros alimentos y falta de acceso a los mismos debido a los bajos ingresos de
los sectores más pobres lo que se agudiza con la crisis en los precios del café
que redujo las fuentes de ingresos para los pequeños productores(as) y las
fuentes de trabajo para estos y los asalariados(as) agrícolas durante los
últimos meses del 2000 y el primer semestre del 2001.
El propósito de esta propuesta de emergencia ha sido
contrarrestar los daños causados por las secuelas dejadas por el huracán Mitch,
la reciente sequía y los bajos precios del café. El proyecto facilitó el
acceso a semillas de maíz, fríjol, hortalizas, insumos (fertilizantes),
herramientas y materiales para la siembra a 453 familias en situación de
emergencia alimentaria.
Se rehabilitaron y pusieron en marcha 450 manzanas de
cultivos propiedad de las 453 familias beneficiarias, además 59 de ellas
establecieron pequeños sistemas de riego que mejoraron la actividad productiva,
lo que les permitió obtener un excedente destinado a la comercialización.