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Justo Jorge Padrón, un poeta global

Es uno de los máximos exponentes de la poesía española en el mundo. Sus libros han sido traducidos a más de 44 idiomas y ha sido galardonado con los premios más destacados del mundo del arte, entre los que destacan el Premio Internacional de la Academia Sueca y el Fastenrath de la Real Academia Española. Justo Jorge Padrón visitó la sede de la Fundación FIDE en Madrid y concedió la presente entrevista.

El arte de escribir a la vida

Antonio Vereda y Justor Jorge Padrón

Justo Jorge Padrón escribió sus primeros versos cuando aún era adolescente. Y desde entonces le ha ganado la batalla al tiempo, dándole rienda suelta a la creación de más de 40 mil versos sobre el amor, la muerte, la política y la vida misma. Es alto, enfático y apasionado cuando hablar de poesía se trata.

Padrón nació en 1943 en Las Palmas de Gran Canaria, donde publicó sus primeros poemas en diversos suplementos literarios, y entró en contacto con las nuevas promociones poéticas españolas. Se licenció en derecho, filosofía y letras en la Universidad de Barcelona, pero luego de 8 años dejó el derecho y se comprometió de lleno a su gran pasión: la poesía.

Sus primeros logros comenzaron en 1968, cuando José Agustín Goytisolo decidió que sus poemas formaran parte de su antología Nueva poesía española. En 1976 fue elegido por el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Instituto de Cultura Hispánica para representar a la nueva poesía española en una gira a través de doce países de Hispanoamérica. No sería ésta la única ocasión en la que representara la nueva generación poética de su país. Así, en 1979 participó en el IV Congreso Mundial de Poetas celebrado en Corea del Sur y en el Primer Festival de Poesía Europea en Lovaina.

Padrón además es traductor y ensayista. Esta es su entrevista:

¿Qué es la poesía?

La poesía es el arte de lo indirecto. El lenguaje poético no es como la prosa que es directo. Precisamente la poesía trata en muchas de las ocasiones de decir lo indecible y para alcanzar esa frontera entre decir y lo sugerido, el poeta necesita un lenguaje indirecto que da a través de imágenes y metáforas.

Yo una vez recuerdo que estaba en Grecia y me subí a un autobús para llegar a mi hotel y pregunté cómo se decía autobús y me han contestado que se decía: metáfora. Por eso entendí yo que la idea de la poesía es la de un transporte, porque es ese viaje interior para descubrir nuestra realidad profunda, que se da a través de una metáfora que puede ser lineal o profunda.

La lineal es aquella que embellece una prosa, pero la profunda que es la verdaderamente importante y ontológica, la que da el escalofrío del ser. Cuando esa metáfora nos lleva de una idea a otra que está muy profunda dentro de nuestro ser, esa es la que da escalofríos y estremecimiento, es decir la poesía… porque la Poesía es un resplandor que canta.

¿Qué cualidades hay que tener para ser poeta?

Yo pienso que un poeta tiene que tener una lucidez profunda con el lenguaje, es decir, esas sensaciones que nosotros recibimos, de esas emociones de nuestra propia existencia que nos da un código expresivo que es el que utiliza el poeta. Naturalmente para tener la posición de ese código hay que tener un don, un talento. Y ese talento no sirve por sí mismo sino que se tiene que hacer a través de la cultura, porque como decía Eliot: todo lo que no es tradición es plagio.

Nosotros llegamos a buscarnos un territorio nuevo a través de la tradición, que nos lleva por un camino ya trillado, pero nos lleva a un sitio propio y de nadie más, porque un poeta es una voz propia y diferenciada del resto de nosotros.

Cuando ese poeta adquiere ese sentido, esa autonomía en su lenguaje entonces llega a ser un poeta.

Entrevista a Justo Padrón en la sede de FIDE

Primeros pasos

¿Cómo han sido sus inicios?

Cuando yo empecé a escribir desde los 15 a los 17 años, yo era de la poesía secreta, de esa escritura inconfesable a los propios amigos, incluso a los propios padres. Pero ya a los 17 cuando el lenguaje comenzaba a tener un tono propio, entonces mi propia lucidez o entusiasmo me dijo que era el momento de comenzar con pequeñas cosas, con pequeños pasos como publicar en revistas no muy conocidas, pero poco a poco, cuando ya consideré que tenía un número suficiente de poemas, que representaban un corpus propio fue cuando yo pensé en publicar mi primer libro.

Pero mi primer libro tardó muchos años en salir, fue porque yo empecé a escribir y publicar en mi ciudad natal, en los suplementos y comencé a ser ligeramente conocido por la élite cultural y como yo tenía ya material, di ese primer paso.

Su primer libro se tituló “Escrito en el agua”, ¿Por qué ese título?

Yo leía con mucha pasión en mi juventud a un gran poeta inglés que se llamaba John Keats. Este era un poeta romántico, apasionado, encendido. Yo lo leí con pasión en aquellos años y recuerdo que en mi primer viaje a Roma, como yo sabía que él había muerto allí de tuberculosis y que estaba enterrado en el cementerio protestante de Roma, fui a ver su tumba y se leía: Aquí yace un hombre cuya obra y vida fue escrita en el agua. Y a mí me pareció un título muy modesto, porque tú sabes bien que cuando escribes en el agua se borra.

Y yo pensé que si mis primeros versos estaban escritos en el agua eso correspondía a la experiencia que yo tenía, que era muy poca. Entonces esos primeros poemas son mi primer encuentro con la vida, con las pasiones, con el paisaje, con los sueños. Era la visión de mi mundo personal, naturalmente en ese mundo de pubertad, adolescencia, con un sentido romántico, y entonces yo ese libro lo comencé con un poema titulado “escrito en el agua” como homenaje a Jonh Keats.

¿Cuáles son sus referencias literarias?

En Suecia, el gran poeta sueco Artur Lundkvist tradujo mi libro y lo prologó. Eso fue muy bonito porque yo era amigo de Artur y me había dicho que mis primeros libros estaban bien, que eran una poesía disciplinada, bien construida, con emoción. Pero él esperaba de mi condiciones de poeta naturales un gran libro que rompiera con el estilo de los poetas de mi generación, incluso con la poesía europea.

Y ese libro, recuerdo que por la noche cuando yo lo terminé, que yo nunca le había dejado ningún poema para que no me dejara influir, le dejé el manuscrito y lo celebramos con su mujer que María Vine que también es una poeta danesa. Y al día siguiente, a las 7 de la mañana suena el teléfono de casa y pensé que algo había ocurrido, pero escuché la voz de Artur Lundkvist y enseguida me suelta: ¡Justo tú no sabes el libro que has escrito! y yo me quedo sobrecogido porque si me importaba una opinión literaria en el mundo era la de él, y me dice: yo quiero ser su traductor y yo le dije que era una alegría mayor a que me tocara la lotería. (Risas).

Y yo creo que ayudó mucho que un presidente del Comité de los Premios Nobel publicara y prologara un libro de un poeta de 30 años, y eso claro despertó una gran curiosidad y eso provocó que el libro fuese seguido por muchas personas.

Poema: ¿Y si Dios se cansara de nosotros?, recitado por Justo Padrón

Caso España

Antonio Vereda y Justo Padrón intercambiaron sus libros

La poesía española tiene grandes representantes, ¿Qué opina de los aportes de las mujeres poetas?

La poesía femenina tengo que decirlo con tristeza, no ha estado a la altura de la poesía española. Por ejemplo, la poetisa más importante de la generación del 27 fue Carmen Conde, quien era una poetisa muy entusiasta, pero limitada. Luego en la generación de los 50 está Francisca Aguirre que a mí me parece una buena poetisa y que recientemente se le ha dado el Premio Nacional de Poesía, y luego en las últimas generaciones hay un movimiento mayor de mujeres.

Está la diferencia entre poetas y poetisas. Por ejemplo, la poetisa es aquella creadora que hace una poesía relacionada con su mundo femenino, romántico. Claro que ya hay poetisas que hacen poemas de la misma potencia expresiva que los hombres y por lo tanto se pueden llamar poetas. Esto es ya materia para un ensayo, de una reflexión detenida como ahora me expreso “a voz de pronto”.

Vivimos una época de crisis mundial a nivel social, económico, ético. ¿Es la poesía una herramienta para apaliar este contexto?

La poesía es el arma que tiene la propia sensibilidad. Cuando esta época terrible que estamos viviendo deshumaniza al hombre necesitamos el soplo cristalino de la poesía que se apodera de nuestra alma, y rescata lo mejor de nosotros como es la generosidad, como es el prójimo y ese viaje hacia el otro es lo que nos hace falta, porque nosotros no somos seres aislados que nos consumismo en nosotros mismos, nosotros necesitamos la expansión hacia los demás y formar el sector humano. Por eso es importante la poesía, porque nos da esos puentes frágiles pero muy importantes que despiertan a nuestros huéspedes dormidos que tenemos en nuestro interior, y los libera para ser mejores, sensibles y más solidarios.

 
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